Charla maravilla Lucrecia Martel

Aquí.

El esquema del conflicto, cómo nos hacen pensar que hay que buscarlo antes de empezar a escribir. No logra un deseo genera conflicto. Ven que esa forma represente lo que nos pasa? Sobre todo lo más delicado o interesante de nuestras vidas..?

Es un modelo narrativo bélico, genera antagonismos.

Es efectivo en cuanto a la atención.

El cine no es ver un montón de cine, es salir a la calle, hablar con la gente. Pasa algo fuera que necesita de nuevas observaciones, sin tanto prejuicio, ni doctrina…

Cultura es armar un destibo en común, inventar un mundo, donde nos encontramos para ver dónde vamos.

Es alarmante lo poco situado que está nuestro pensamiento.

El lenguaje es poderoso, nos entrampa a todos, pero hay habilidad de apropiarse de él, con cierta libertad

Cuando nos enseñan narrativa, todo el problema es mantener la atención, hacia el futuro (judeo-cristiano, la claridad al final), no importa el presente, y si no importa el presente, no importa el cuerpo.

Que cada escena importe, no por lo que va a pasar, si no por lo que está pasando. Esto pone en duda la idea misma de tensión.

No tengan miedo de la apropiación cultural, la cultura es para apropiarse.

intentaba, con el encuadre, no generar palabras. Recortaba las cosas, que no fuera directamente una mesa, una silla, que no se vieran las cosas completas para que la palabra no se imponga.

Las personas, como monstruos, que no se sabe su naturaleza.

El sonido es el espacio “off”. Es la huella del espacio. Requiere del “no vacío”. Estamos conectados, hay continuidad, el aire nos conecta, no hay cosas separadas las unas de las otras. Las discontinuidades que generamos son muy arbitrarias. Estamos inmersos, somos pescados del aire.

Confundimos el cine, las cosas son el argumento, las historias no. El argumento es un modo de organizar el tiempo, es importante, pero lo que proponemos en el cine es un modo de percepción.

Día a día vemos sólo lo que podemos nombrar, pero lo inaudito… tenemos una herramienta que puede ir en busca de lo que no puede nombrarse.

Narrar es administrar la tensión.

El intercambio de “hola qué tal. Bien, gracias”, es amoroso, porque no interna al otro, no le cuentas tus rollos, le dejas pasar. Le facilitas el paso.

No hay que presentar a los personajes, si no se conocen las relaciones… Hay que comprender.

El fracaso es una oportunidad.

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